
Gobernación del Edo. Monagas Instituto de la Cultura Museo Antropológico Uyapari
BARRANCAS DEL ORINOCO
-Ubicación geográfica:
Barrancas está ubicada al extremo sureste de Monagas, en el vértice occidental del triángulo que forma el Delta del Orinoco; limita por el Norte con Temblador y Uracoa, al Sur con el Río Orinoco, al Este con los yacimientos de Los Barrancos de Barrancas, Apostadero y las islas deltanas, y al Suroeste con Saladero.
Este pueblo fue reconstruido históricamente gracias a los vestigios dejados por el hombre del pasado, demostrando que nuestra historia no comienza a partir de la llegada de los colonizadores, sino de más lejos. De acuerdo a estudios realizados por diferentes investigadores tales como: Antolinez (1940), Osgood y Howard (1943), Cruxent y Rouse (1948) y Mario Sanoja (1979), este último utilizando la técnica de fechamiento por C14, nos indicó que Barrancas y su cultura poseen una antigüedad de 900 años antes de Cristo, demostrando con esto, que dicho pueblo es el más antiguo de Venezuela, y que para aquel entonces estaba poblada por indígenas de origen Arawaco los cuales se caracterizaron por trabajar la arcilla para la elaboración de la cerámica (alfarería), la fibra vegetal para sus cestas y chinchorros; la piedra, el hueso, la madera y la concha para sus instrumentos de uso cotidiano, y con un modo de vida basado en la pesca, la recolección de frutos y moluscos, la caza fluvial y terrestre y la agricultura.
De acuerdo a los estudios de los diversos factores se propuso tres fases o períodos:
1.- Barrancas preclásico (+/-900 a.c. al +/- 400 d.c.)
2.- Barrancas clásico (+/-400 d.c. al +/-700 d.c.)
3.- Barrancas postclásico (+/-700 d.c. al +/- 1532 d.c.)
PERÍODO PRECLÁSICO: (+/- 900 a.c. hasta +/- 400 d.c.).
En cuanto al trabajo de alfarería las vasijas eran muy simples, pues cumplían una función utilitaria, con una decoración basada fundamentalmente en la utilización de las incisiones anchas, curvilíneas y el color rojo zonificado o negro de grafito; se observa también la presencia de motivos zoomorfos (decoraciones con forma animal) y antropomorfos (decoraciones con forma humana) con modelados incisos de pequeñas dimensiones; trabajaron la fibra vegetal para la fabricación de cestas y chinchorros; con la piedra fabricaron hachas y martillos para cazar y cortar, afiladores, pulidores, etc.; como actividades de producción se distinguieron la caza, la pesca, la recolección de frutos y moluscos, que como tal eran las principales formas de "subsistencia" de la cual los indígenas se basaban para su alimentación.
La caza: Dicha actividad se orientaba en gran parte hacia la captura de venados, tal como lo indica la presencia de diversos restos óseos de dicho animal, así las partidas de caza se orientaban hacia la sabana y a lo largo de las selvas de galería, el río también influía en esta actividad, porque diversas especies como el rabipelado, la iguana, la tortuga acuática y el morrocoy, en el verano (tiempo seco) acudían a las orillas del río para beber agua y así de esta manera fácilmente los indígenas lo aprovechaban.
La pesca: La pesca fue una de las actividades más importantes del modo de trabajo Barrancoide, basándose en la utilización de arpones para los peces de gran tamaño, y para los de menor tamaño utilizaban los anzuelos de concha; es posible que al igual que los pescadores contemporáneos barranqueños, también la pesca se hacía en los caños del Delta del Orinoco, donde abundan grandes especies de bagres como lau-lau, rayado, coporo, curvinata, entre otros .
Recolección de moluscos: Los Barrancoides recolectaban también cangrejos, guacucos de río, chipichipi, mejillones y también caracoles de gran tamaño como la Pomasea ursus, la quigua y otros ampuláridos de menos tamaño.
La caza fluvial: Se practicaba utilizando arpones, que eran lanzados desde la curiara por los indígenas hacia la presa, es decir, hacia cualquier animal de gran tamaño como es el caso del manatí.
Recoleccion de frutos: Los indígenas aprovechaban los frutos que la naturaleza les brindara, los utilizaban de una manera razonable, es decir, solamente obtenían lo debido para su alimentación; la flora ofrecía variedades de frutos, uno de los cuales es el fruto del moriche, la caña de azúcar, la patilla, el cacao, dátiles, auyama y cocos. Según Sanoja, al parecer ya traían el conocimiento del cultivo de la yuca lo cual se demuestra por la presencia de budares de barro decorados
. El cultivo del maiz se dio a finales de este período y se trabajaba de una manera incipiente, a juzgar por la presencia de metates y manos de moler en los niveles arqueológicos.
PERÍODO CLÁSICO: ( +/- 400 d.c. hasta +/- 700 d.c.). La alfarería fue tomando complejidad, tanto en la forma de las vasijas como en el estilo decorativo, utilizando por primera vez el desgrasante con espícula de esponja de agua dulce. Los medios de producción seguían basándose en la caza, la pesca, la recolección de moluscos y la caza fluvial, pero la recolección de frutos disminuyó a causa del desarrollo de la actividad agrícola como lo es el cultivo del maíz, lo cual va a generar una mayor dependencia de este rubro. Se produce un aumento relativamente considerable de la población, creándose otros centros poblados relacionados con la tradición Barrancas (Apostadero, Los Barrancos de Barrancas, Macapaima, entre otros).
3. PERÍODO POST-CLÁSICO (+/- 700 d.c. hasta +/- 1532 D.C).
Las complejas técnicas de la alfarería barrancoide clásica desaparecen gradualmente y las formas de las vasijas se simplifican, existiendo un predominio casi total de la alfarería desgrasada con espícula de esponja de agua dulce. Los restos de la población barrancoide se concentra en el Delta del Orinoco.
Las poblaciones de la Fase Ronquín, que aparecieron en el Orinoco medio migran hacia el bajo Orinoco donde entran en contacto con los barrancoides.
Hacia el 800 d.c. aparece un diseño donde se destaca el ojo grano de café, lo cual es probable que este grupo haya emigrado hacia la laguna de Tacarigua, en Valencia, donde aparecería el estilo Valencioide
Esta gran cultura prehispánica desaparece luego de la llegada del colonizador Diego de Ordaz, en 1.531, cuando en sus ansias de poder destruye este gran poblado llamado “Uyapari”, dejando desolada estas tierras.

